¿Por qué hay grandes océanos entre los contientes?

Tras la Segunda Guerra Mundial se produjo una fase muy intensa de exploración oceánica, mediante la tecnología del sonar, que permitió elaborar detallados mapas de los fondos oceánicos.

Mostraron que la edad de la corteza oceánica y de los sedimentos marinos variaba en función de la distancia al eje de una dorsal, de forma que la edad de estos materiales es muy reciente en áreas próximas a la dorsal, mientras que en zonas alejadas de la dorsal, la edad de los sedimentos y de la corteza oceánica es más antigua.

El conjunto de nuevos descubrimientos sobre la naturaleza geológica y geofísica del fondo marino culminó con la formación de la hipótesis de la expansión del fondo oceánico, realizada por Harry Hess en 1962.

Según esta teoría, existe un movimiento convectivo en el manto terrestre que fuerza la salida de magma a través de las dorsales oceánicas y que el nuevo material emergente empuja al material ya depositado, creando así nueva corteza oceánica y expandiendo el fondo oceánico.

Las dorsales oceánicas son lugares donde se genera nueva corteza oceánica, que provoca la expansión de los océanos.

Las dorsales oceánicas se forman en los bordes divergentes de 2 placas constituidas por litosfera oceánica, es decir, su formación es exclusiva de los océanos.

Como el volumen global de la corteza no ha variado en la historia de la Tierra, es necesaria la existencia de zonas donde se destruya corteza y se reintegren los materiales al manto. Estas zonas serán las fosas oceánicas cercanas a los bordes continentales.

Por lo tanto, las fosas oceánicas están asociadas a fenómenos de subducción. Como por ejemplo la Fosa de las Marianas en el oeste del océano Pacífico que alcanza los 11034 metros en su punto más profundo.
Las dorsales oceánicas son elevaciones en el fondo marino, de decenas de miles de km de longitud y de cientos de km de anchura. Pueden tener una altura de más de 2000 metros y en su zona central poseen un rift. Una de las principales dorsales que presenta la Tierra es la que recorre el océano Atlántico de Norte a Sur.

Tras el estudio del fondo del oceánico Atlántico llegaron a las siguientes conclusiones:

En la dorsal oceánica se encontraron rocas volcánicas muy nuevas, que no estaban cubiertas de sedimentos.

La capa de sedimentos era mucho más delgada de lo que se suponía, y aumentaba su espesor conforme se acercaba al continente y se alejaba de la dorsal.

Los fondos oceánicos eran relativamente nuevos

Las pruebas que apoyaron esta teoría fueron:

1. El magnetismo: Las rocas basálticas generadas durante el ascenso de material magmático, presentan pequeños cristales de magnetita y otros minerales de Hierro. Cuando éste sale al exterior y se enfría transformándose en roca, se orienta hacia el polo magnético, formando bandas magnéticas simétricas a ambos lados de la dorsal.

Presencia de bandas magnéticas paralelas al eje de la dorsal, que alternativamente tienen polaridad normal e inversa, dependiendo de la orientación del campo magnético
2. La edad de las rocas volcánicas (basalto) que forman los fondos oceánicos es muy reciente en las zonas próximas a la dorsal y más antigua a medida que aumenta la distancia a la dorsal.
  

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